Trabajar una campaña de lanzamiento de la nueva bolsa que transmita la innovación, la calidad y el compromiso de la marca a través de una activación digital.

La sostenibilidad es uno de los atributos que cada vez más consumidores demandan y, en consecuencia, que cada vez más marcas intentan incorporar. El problema es que muchas veces lo hacen solo de boquilla, cayendo en el ya tan habitual greenwashing. Mientras muchas marcas iban propagando un discurso vacío, Marinas había invertido en una bolsa biodegradable y 100% libre de plásticos sin hacer ruido. Pero de nada sirve lanzar una innovación como esta, que permite dejar de usar 60 toneladas de plástico al año, si el consumidor que quiere ser más responsable con el medio ambiente no la conoce.

Para plantear la campaña, pusimos el foco en el tiempo que necesita la nueva bolsa de Marinas para descomponerse en comparación con las de la competencia: mientras que la primera tarda solo un año en desaparecer, las de plástico tradicionales pueden tardar hasta 200. De ahí nació la idea de que la nuestra es una bolsa sin futuro, una sentencia que es lo mejor que le podemos decir al planeta cuando hablamos de residuos, porque, paradójicamente, es lo que garantiza su futuro.

Rompimos, así, los códigos de la categoría, que centra sus mensajes en el sabor, para darle todo el protagonismo al packaging y ampliar el target de la marca con el consumidor consciente, al que cada vez más españoles, preocupados por la sostenibilidad, pertenecen. A través de la ejecución de la pieza principal, sobria y elegante, connotamos la calidad del producto.

Pero no nos quedamos ahí. Para generar conversación, complementamos la campaña con una colaboración con Putos Modernos, creadores de contenidos que pusieron el foco, de una manera incisiva pero simpática, en el postureo de la competencia y de una parte de los consumidores cuando hablan de cuidar el medio ambiente, y con una acción de PR dirigida a medios especializados y generalistas.

Trabajamos una pieza principal que se difundió a través de medios digitales a nivel nacional. Además, la colaboración Putos Modernos incluyó la creación de siete gráficas con titulares que el estudio compartió entre su comunidad de más de 200 mil seguidores y que aprovechamos como piezas complementarias de nuestra campaña. También planificamos una acción de PR que nos ayudó a llevar los mensajes de la marca a medios especializados y generalistas.

Para impactar al target, ampliamos el ecosistema digital de la marca, que hasta entonces solo había trabajado Facebook y Youtube, con canales como Instagram, Display, Influence y PR. A través de los medios pagados, implementamos dos audiencias distintas, una más generalista en cuanto a intereses, pero segmentada a zonas donde la marca tiene más penetración en punto de venta, y otra muy focalizada en consumidores afines a sostenibilidad. Esto nos permitió detectar los medios más eficaces para cada una y optimizar la campaña en tiempo real.

En la distribución de piezas también se tuvo en cuenta el formato del contenido y la naturaleza de cada medio: para la pieza de vídeo priorizamos Youtube y Display, que consiguieron retener al 23% y 50% de los usuarios hasta el final, y para los contenidos producidos por Putos Modernos centramos los esfuerzos en Instagram, con el objetivo aprovechar las sinergias entre la cuenta de la marca y la de los creadores de contenido.

Gracias a esta estrategia, unido al acierto de la creatividad, conseguimos no solo alcanzar objetivos, sino superarlos de manera contundente.