Recuperar la iconicidad, el estatus y la deseabilidad de Golf, resignificando la marca y aprovechando el hito de su 50 cumpleaños.

De 1974 a 2024, han pasado 50 años. Exactamente los 50 años que Golf lleva siendo el coche de los jóvenes, llegando a convertirse incluso en un símbolo del espíritu de la juventud. Algo así merecía una buena celebración, pero este podía ser un cumpleaños agridulce, porque la posición de Golf como love brand estaba en peligro. Y es que, aunque es un coche que ha perdurado a lo largo de las generaciones, llegaba a su medio centenario justo cuando los utilitarios estaban en declive y con un posicionamiento enfocado en lo tecnológico que no destacaba en la categoría. Había que sacar a Golf del espacio común en el que había caído, rescatarla de los códigos de la categoría, centrados en el progreso y la innovación.

El foco en las funcionalidades y la tecnología han hecho que se llegue a territorios y creatividades indiferenciadas y previsibles, que todo parezca lo mismo. Pero no son los únicos… En nuestro mundo, manda lo nuevo, lo último. Ya nada dura. Todo se hace para usar y tirar, porque se supone que eso es mejor, porque lo efímero nos permite adaptarnos, cambiar e ir siempre a la última. Pero eso tiene su contra: nos hemos vuelto esclavos de lo nuevo y del hype.

Por suerte, algunos han empezado a abrir los ojos: lo nuevo y lo efímero no valen nada, porque nunca llegan a significar nada. Por eso, la gente está buscando en sus vivencias lo realmente importante, lo que conservarán toda su vida, y lo encuentran en esos momentos propios de la juventud que te marcan para siempre: las experiencias compartidas con los suyos, los viajes inolvidables, el valor de las amistades…

Ante esto, vimos la oportunidad de impulsar un punto de vista diferencial y legítimo para la marca que conectara con esas personas que buscan lo significante de sus vidas. Golf, que es un coche histórico, icónico, fiable y de calidad que lleva cincuenta años acompañando a los jóvenes y quiere seguir haciéndolo, podía ser la marca que, en un mundo donde reina lo efímero, reivindicara no solo las cosas que duran, sino las cosas eternas.

A continuación, tocaba verbalizar ese punto de vista a través de un concepto simple, con desparpajo, actitud y moderno que nos transportara automáticamente a ese ‘ser para siempre’. Así nace FOREVER, DESDE 1974, el claim que articula no solo la comunicación del 50 aniversario de Golf, sino que también tiene recorrido para mirar hacia las próximas décadas.

La idea de campaña vino con el concepto. Trazamos un discurso que reivindicara lo eterno, que cuestionara aquello que no deja rastro, que inspirara a los jóvenes de espíritu y que lo hiciera en sus códigos, representando aquellas escenas vividas en un Golf que más nos marcan.

Para construir la identidad y tono de la campaña, fuimos a buscar qué tenían en común las marcas que conectan y son relevantes culturalmente, y detectamos que usan el lenguaje de la moda: un punto de vista implícito como el que habíamos definido, una identidad basada en códigos culturales y una activación basada en la sorpresa. El plan era sencillo: construiríamos la identidad de esta nueva era de Golf como si el coche fuera una marca de moda.

Lo haríamos bajo tres pilares: lo eterno, la nostalgia y el coche. Lo eterno como territorio, lo tiene que transmitir todo lo que hagamos. La nostalgia como código visual, expresado a través de lo analógico. El coche como icono de lo que perdura en nuestras vidas, dejando de tratarlo publicitariamente y llevándolo a la calle.

Con todo eso, llegó el momento de pasar a la acción. La campaña contó con múltiples soportes para llamar la atención de los usuarios. Empezamos vistiendo los canales de Golf con la nueva identidad, después acompañamos el lanzamiento del spot principal con un circuito de lonas y DOOH en Barcelona y Madrid y, finalmente, salimos a la calle a contar lo que Golf había venido a reivindicar, primero con una activación de Wildposting y en segundo lugar con una colaboración con medios como Código Nuevo y Los40.

Con todo esto, Golf ha dado el primer paso para volver a ponerse en el lugar que le corresponde. Aprovechando una efeméride como la de su 50 aniversario, reivindica su iconicidad y su espíritu joven a través de un punto de vista que lo resignifica para ser relevante hoy, mientras mira hacia el futuro apoyándose en todo su pasado.