En 2024, Jumpers, la marca que reivindica la autenticidad y el ser uno mismo, se propone apoyar y ayudar a la Generación Z. Una generación que sufre la presión del postureo imperante en redes, ahora en forma de ideales inalcanzables y discursos tóxicos que giran en torno a la cultura del esfuerzo.

Partimos del posicionamiento “A lo Jumpers”, que combate el postureo para reivindicar la esencia de ser uno mismo. Y en este territorio, detectamos que en la actualidad el postureo sigue muy vigente en las redes sociales. Un postureo en forma de estándares imposibles e inalcanzables que ponen mucha presión en los jóvenes. Una generación sobre estimulada y vulnerable que sufre las consecuencias de esta cultura de la exigencia, la hiperproductividad y el esfuerzo.

Frente a esta tensión, una marca como Jumpers cuenta con la credibilidad y la potestad para hacer algo y ayudar a resolverla. ¿Cómo? Haciendo una oda a los fracasos, a lo absurdo y a la mediocridad. En definitiva, a lo que le pasa a la gran mayoría de la sociedad.

Decidimos hacer a nuestros consumidores y sus historias los protagonistas de esta nueva campaña. Animándoles a compartir sus experiencias con nosotros ofreciéndoles algo a cambio. Un incentivo que estuviese a la altura del problema: una ayuda económica para apoyarles a seguir intentándolo. Cuatro becas de 1.000€ y la gran beca de 5.000€

Así lanzamos las Becas Jumpers. Unas becas muy diferentes a cualquier otra. Las primeras becas que premian a aquellas personas que, al igual que la marca, lo intentan y no llegan.

Para presentar las Becas Jumpers, primero lanzamos una pieza principal de dos minutos, -con dos reducciones de un minuto- que consistía en vídeo musical protagonizado por un grupo de tunos muy Jumpers con una canción de ritmos ‘electrotuneros’ cargada de insights y situaciones que conectaban con el target. Como sufrir ghosting por parte de tu crush, chupar banquillo en un partido de fútbol, no tener viewers durante un streaming, o no sacarte el carnet de conducir en veinte intentos.

Esta pieza la amplificamos en Youtube, Twitch, Instagram, TikTok, X y Wuolah, un portal donde los estudiantes comparten sus apuntes. Así como la acompañamos con una pieza de mecánica para explicar bien a los usuarios cómo conseguir una beca Jumpers. Aquí redirigimos a una landing creada ad hoc para la campaña en la que ampliamos la información y la forma de participar. Solo tenían que compartir su fracaso a través de un vídeo que nos mandaban a un número de whatsapp automatizado para facilitar la experiencia y la gestión de los datos.

Además, en esta web se daba a conocer el proceso de votación. Los finalistas se compartían en TikTok, y allí los usuarios podían votar a su favorito, ya que una de las becas de 1.000€ se conseguía a través de votación popular, mientras el resto de 1.000€ y la gran beca de 5.000€ eran seleccionados por un jurado de content creators muy afín al target y la filosofía antipostureo de Jumpers: @chicofitness y @ireneramirezzt en TikTok y @ahorasinllorar y @postureoespañol en Instagram. Perfiles que también nos ayudaron a amplificar las becas en sus canales.

Durante un mes, cientos de personas se grabaron para contarnos sus dramas, que también recopilamos a través de highlights para seguir animando a la participación en redes. Y, además, tampoco nos faltó el street marketing, donde empapelamos universidades y buscamos fracasos in situ. Hasta que llegó el momento de la gran gala final: un directo a través de Instagram en el que anunciamos a los ganadores y sorteamos una capa de tuno junto a nuestro host Alex Ayres y una tuna que estuvo improvisando las rimas de la campaña.

Por último, y para cerrar la acción, nos fuimos hasta Aranjuez, donde entregamos la Gran Beca al ganador de manera presencial. Un momento que recogimos en una última pieza que compartimos en redes sociales y puso punto final a una nueva campaña exitosa en la historia de Jumpers.