Construir, lanzar y posicionar la marca KOI, un nuevo vodka ultra premium inspirado en Japón, como la elección más deseada para quienes entienden que el lujo no está en lo obvio, sino en lo que hay que saber mirar.

KOI nacía de cero. Un vodka español con alma japonesa que llegaba al mercado ultra premium sin heritage, sin reconocimiento y sin un lugar definido en la mente del consumidor. Su única carta de presentación era su producto: un vodka destilado cuatro veces y envejecido en barricas Mizunara, una rareza en la categoría, y una botella que respiraba modernidad y tradición en sus detalles. Entrar en una categoría saturada de marcas, no iba a ser fácil.

El universo de los vodkas premium tenía muchas similitudes, donde las marcas se anclaban a una misma idea de lujo: ostentación explícita, brillos excesivos, botellas tamaño XXL y rituales sobrecargados. En los reservados, el estatus se medía por quién tenía la botella más grande o el ritual de servicio más exagerado. Un lujo que se parecía demasiado.

En un momento en el que los consumidores más sofisticados empiezan a valorar no solo lo que se ve, sino lo que hay detrás, detectamos una brecha: el verdadero lujo ya no es lo que todos pueden ver, sino lo que solo unos pocos saben apreciar. Un lujo discreto, donde el valor está en los detalles invisibles, en el proceso, en el conocimiento. Algo que sólo descubre quién sabe buscar. Una reinterpretación moderna y relevante de la exclusividad, donde el estatus no es tenerlo, sino entenderlo.

Con todo esto, presentamos a KOI como la marca para quienes saben, a través de la idea que articula toda su narrativa: If you know, you know. Un mantra que funciona como un filtro natural, si lo entiendes, es que perteneces. Si no lo pillas, no es para ti. Un posicionamiento que convierte a KOI en un objeto de deseo, no por lo que enseña, sino por lo que insinúa. Porque el verdadero lujo es el que hay que saber mirar.

El lanzamiento de KOI no fue convencional. No hicimos un desfile de influencers posando con botellas. Construimos una narrativa. Un universo completo donde cada detalle, desde la gráfica hasta las cápsulas audiovisuales, respiraba el mismo aire de lujo silencioso y cultura oculta.

Las redes sociales se convirtieron en nuestro primer territorio de juego. Empezamos con un teaser de lanzamiento que no enseñaba, sugería. Imágenes fugaces de la botella, textos en japonés que nadie explicaba y un cierre que decía todo sin decir nada: If you know, you know.

A partir de ahí, desplegamos un calendario de contenido dividido en capítulos donde cada entrega sumaba una capa más al misterio: Seis cápsulas de vídeo breves que conforman una misma historia. Cada una explora un territorio diferente del lujo moderno: hoteles, gastronomía, fiesta, deporte (golf en una pista de tenis) y seducción. Cada píldora cuenta con su propio teaser, su propio cartel y su propio enigma en forma de haiku.

La estética, inspirada en el cine japonés de los 70, jugaba con lo oculto y lo visible. Con la fotografía analógica, con encuadres incompletos que obligaban al espectador a mirar dos veces. Con textos desenfocados, superpuestos que juegan al escondite con el que mira.

Además, contamos con la colaboración del coctelero Yerai Monforte, que aterrizó la experiencia KOI con cócteles exclusivos como el KOIsmopolitan o el Koi & Tonic. Y cada acción con Yerai era también una pieza de contenido compartida, amplificando nuestra presencia sin perder el misterio.

La estrategia de medios de KOI se diseñó para reflejar exactamente el posicionamiento de la marca: selectiva y con un punto de misterio. No buscábamos maximizar alcance a toda costa, sino impactar a los verdaderos amantes del lujo y el hedonismo moderno.

El paid media se concentró en plataformas digitales afines a nuestro público objetivo: Instagram y YouTube. Optamos por formatos que combinaban cobertura, retención, afinidad y conexión como videos en feed y anuncios in-stream (saltable y no saltable).

La estrategia creativa en medios jugó con la fragmentación y las piezas incompletas, planteando anuncios que no lo cuentan todo y dejan espacio a la curiosidad. Así transformamos la campaña en un filtro natural, asegurándonos de conectar solo con los que realmente pertenecen.